sábado, 3 de noviembre de 2007

No hay derecho… Dejen que brille el deporte y no la política…

Hoy les escribe un aficionado amante del deporte y no un escritor, redactor, o trabajador del fútbol (como ustedes bien me quieran llamar), una persona que adora cualquier tipo de actividad deportiva que se realiza dentro y fuera del municipio Alberto Adriani, la geografía venezolana y el mundo entero, conociendo todas las disciplinas que hacen vida activa, gozando de los triunfos que logren cada uno de los vigienses como si fuesen propio… en fin, alguien que vive de los triunfos de los demás y sufre con la desgracia ajena (en cuanto a los fracasos que sufran mis guerreros) de la misma forma como si a mí me pasara.

Que triste es cuando se abusa del poder , cuando se busca la forma de lograr los éxitos tratando de pasarle por encima a los demás, aún a sabiendas de que en el plano el cual debe batallar jamás podrá llegarle a los tobillos a su rival, por lo que se valen de cualquier artimaña para lograr sus despiadados propósitos. Es lamentable que para alcanzar tal meta se jueguen con los sentimientos de toda una población que empieza a creer en algo y que sueña llegar tan lejos como nunca en su bendita vida haya pensado que se pudiera tocar ese lugar llamado "techo", pero que dicha gloria pareciera no llegar porque aparece "la bruja" del cuento a tratar de dañar las aspiraciones de una "cenicienta" que parece conseguir a su 'príncipe azul'.

Cómo es posible que lo más blanco y puro que pueda quedarle a una nación como lo es el deporte y actualmente el fútbol, la única forma de salir del desgastado stress del día a día y quizás la única manera de des-aburrirse en una ciudad en la que no se cuenta con los suficientes parques recreativos para llevar a sus hijos (por no decir que no hay nada donde distraerse los fines de semana salvo el mencionado Parque La Guacamaya, donde solo hay animales, piscina y una pista para motocross) se vea perturbado por una situación extra deportiva, poniendo en entredicho la imagen bonita que se ha creado de la ciudad a través de su equipo de fútbol, exclusivamente porque tiene a unos jugadores que poseen doble nacionalidad en forma legal, algo que para efectos de política tiene una validez impresionante, pero que para defender una organización deportiva no.

Y digo esto, porque se habla de las irregularidades de la documentación de un club que viene haciendo un trabajo de hormiga, con sufrimiento, garra, deseos de triunfar no solo de los 37 jugadores (incluyendo los profesionales y los juveniles), cuerpo técnico, directiva y un promedio de unos seis mil aficionados (los que van regularmente a los partidos) sino de ciento de miles de personas que creen en un proyecto que tiene como representante nada más y nada menos que al Dios Todopoderoso, creador del cielo y la tierra y responsable de tener a las personas en el poder. Pues me imagino que en él se han amparado para que les conceda el deseo de estar en los puestos donde se encuentran…

Es más fácil escribir en cada una de las páginas de los diferentes diarios lo que para algunos les parece "irregular", pero cuanto ha costado que muchos de los que en esta semana han dedicado espacios para hacerse eco de ese supuesto "error" le den un huequito para reseñar la gran labor que hacen los auriverdes en el campo de batalla, donde han estado presentes, además de ese rito religioso que tienen antes de los partidos (no lo ven, porque están más pendientes de otros detalles y no del camerino platanero) y después de los mismos, arrodillados en la mitad del campo para agradecerles al ser supremo el hecho de permitirles librar una batalla más, aunque la misma no la hayan ganado.

Se vienen tiempos difíciles para el balompié venezolano, puesto que no se trata de tomar una decisión que vaya en contra de un equipo humilde, sino de toda una afición que se ha demostrado ser una de las más consecuentes y seguidoras de la nación, viajando hasta cualquier rincón de Venezuela para apoyar a su amarillo y verde, quien quizás atraviesa en estos momentos tan o más golpeada que cualquier otra persona, pues les están quitando el sueño de ver a su equipo del alma alcanzar una meta que en el campo se ha ganado palmo a palmo, pero que en la mesa, por solicitud de una persona que debería estar más pendiente de los problemas existentes en nuestra patria, quiere utilizar su influencia política para perjudicar al club.


Estimado Pedro Carreño , usted que caminó las calles de la ciudad de El Vigía conoce un poco a su gente, sabe de las miles de vicisitudes que tienen y por lo que hemos observado, es el que tiene la potestad de solventar los errores que han cometido personas incluso allegadas al gobierno del Comandante Hugo Chávez Frías. Demuestre esa igualdad que pregona el máximo mandatario y no se deje llevar por el cargo que posee en el club barinense para tomar cualquier veredicto. Sea juez justo a la hora de aplicar las reglas, pues no es un problema que presenta solamente Vigía FC, sino que habrá que revisar si otros equipos tienen la misma problemática, de la cual muy probablemente ellos mismos desconocían.


A la Federación Venezolana de Fútbol les solicito que no castigue al equipo por capricho de una persona, que puede hacer uso del poder para así eliminar las esperanzas de una gran ciudad. Haga lo que esté en el marco del juicio y a su vez recuerde que quizás de esta situación tenga parte de la culpa, pues hablamos de jugadores que tienen un pasado largo en nuestro fútbol con la nacionalidad venezolana, por lo que debieron prevenir desde el comienzo del campeonato este problema y no esperar a que por razones de una persona que es la responsable del mismo cargo que hace conocedor de lo que sucedía (me refiero al Ministro de Interior y Justicia) se "enteraran" que algo "ilegal" pasaba en nuestro fútbol.


Dejemos que brille el fútbol y no la política o el poder de los grandes, que sean los jugadores en el campo los que decidan la suerte de los torneos. No sean los gobernantes los árbitros de nuestro balompié, ya suficiente tenemos con los 'hombres de negro' que pitan los fines de semana, quienes de vez en cuando se encargan de embarrarla (por no decir que todo el tiempo) para que venga una tercera persona a decidir la suerte de los demás… Si hay algo que deben corregir, creo que se deberá esperar a que finalice el torneo apertura para que se tomen cartas en el asunto y no sufra el campeonato un desliz que vaya en perjuicio no solo de una institución, sino de unas cuantas que quizás pueden estar involucradas en la misma situación. Esta es la opinión de un fanático, que se convierte en la voz de miles de auriverdes, quienes expresan el deseo de ser escuchados… No pedimos que se nos de, pero que tampoco se nos quite lo que merecidamente hemos ganados… Agradecidos si nuestras suplicas son escuchadas.